La antigua civilización egipcia aparece en la historia de la humanidad alrededor del 3.150 a.C. en los alrededores de la desembocadura y márgenes del río Nilo cuando los diferentes asentamientos de esta zona se agruparon. Tuvo tres épocas de esplendor denominadas Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo. Su extensión iba desde el delta del Nilo hasta la primera catarata del mismo río. El fín de esta civilización fue en el año 31 a.C. cuando el Imperio romano conquistó Egipto y lo convirtió en una provincia romana más.
El comportamiento anual del río Nilo favoreció el desarrollo de la civilización egipcia, ya que su desbordamiento veraniego cubría amplias porciones de tierra con un lodo muy fértil que facilitaba el cultivo de trigo, cebada y lino. Así mismo proporcionaba pescado y papiro, material imprescindible para poder escribir. También habitaba en el Nilo el búfalo de agua, que fue domesticado y utilizado para trabajar y como fuente de carne. Gracias a las canteras de caliza, granito y diorita así como las minas de oro en el desierto de Nubia y las minas de cobre en el valle de Timna se pudieron construir todas las maravillas que nos ha aportado esta civilización. Todo esto comportó una estabilidad económica y alimentaria que ayudó al desarrollo de la civilización egipcia.
Al igual que la civilización mesopotámica los egipcios creían en el origen divino de las enfermedades, pero se inician los estudios sobre anatomía o diagnóstico clínico. Así mismo se empieza a desarrollar la salud pública.
Gracias a estos estudios se avanzó mucho en el conocimiento del aparato circulatorio, incluido el corazón, pero desconocían el sistema nervioso por lo que creían que la conciencia y las sensaciones se hallaban en el corazón. En el proceso de embalsamamiento el cerebro se destruía.
En función de cómo se relacionaban con la religión había tres tipos de médicos,
Los que ejercían fuera del templo eran llamados sun-nu, empezaban itinerantes y tratando solo un tipo de enfermedad. Fueron los primeros especialistas, como el médico de la circulación, el de los ojos o el de las mujeres. Con el tiempo podían llegar a ser generalistas y establecerse en un centro de cuidados o ejercer en su casa.
Los médicos uabu-sekhmet solo ejercían en el templo, su tratamiento de la medicina estaba muy influenciada por la religión y estaban tutelados por la diosa Sejmet, la diosa de la curación. Estos médicos eran los que trataban con el faraón.
Finalmente habían los médicos exorcistas, que curaban usando encantamientos y amuletos.
Por primera vez en la historia aparecen un sistema sanitario gratuito y universal, que se ofrecía desde los templos. En realidad formaba parte de los servicios que se ofrecian a la comunidad, como la educación, la justicia, los canales de irrigación. En el templo se formaban los médicos y los sacerdotes, así como los escribas, quedándose los mejores al servicio del templo.
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